El talento femenino: una asignatura pendiente en las organizaciones (I)

Autora: MARTA GRAÑÓ

Las empresas en todo el mundo buscan continuamente la forma de generar más valor. El reto de crecer es una constante en las organizaciones, que se persigue desde distintas fórmulas: nuevos productos, nuevos modelos de negocio, nuevas fórmulas de organización,… Existe, sin embargo, una gran fuente de valor que permanece oculta en la mayoría de ellas.

La mujer es la mayor fuente de talento y la más infrautilizada
Jonas Prising

El futuro es más femenino. La mitad de la población mundial son mujeres, según los datos de Naciones Unidas. Sin embargo, la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad en el mundo político y empresarial es muy distinta a este porcentaje. De los 195 jefes de Estado que existen, solo 17 son mujeres. Las mujeres ocupan tan solo el 20% de los escaños parlamentarios de todo el mundo. Y en el mundo empresarial, los datos sobre el porcentaje de mujeres en puestos directivos son aún inferiores. En 2015, en la lista Fortune 500 solo aparecían 22 CEO’s mujeres, una tasa del 4,4% de los puestos de liderazgo en el mundo empresarial. La desigualdad existe también en la retribución salarial. En Europa, las mujeres perciben de media un 16% menos que sus colegas masculinos.

Si creíamos que llegaríamos a alcanzar la igualdad en el siglo XXI, de momento, no lo hemos conseguido. Los avances en materia de igualdad son tan débiles que, si se mantiene la misma velocidad, necesitaremos 170 años para conseguir un mundo en igualdad, de acuerdo con los resultados que nos ofrece el informe “Global Gender Gap Report 2016” del Foro Económico Mundial, a partir de su análisis sobre cuatro factores determinantes: la educación, la salud, las oportunidades económicas y el poder político.

Es necesaria una mayor incorporación de talento femenino a la economía, especialmente en puestos de dirección, tal y como ha señalado en diversas ocasiones el Fondo Monetario Internacional. Informes como “Women in Business 2016” muestran que en las empresas europeas medianas y grandes existe un 24% de directivas. Queda todavía mucho camino por recorrer.

Es evidente, pues, que es necesario acelerar la velocidad de las medidas a adoptar para frenar esta desigualdad y ser conscientes de qué medidas son efectivas para conseguirlo. A la hora de ponerlo en práctica, hay trabajo para todos: toda la sociedad debe contribuir a este propósito y las propias mujeres debemos también empezar a romper estereotipos y actitudes que nos frenan.

Cabre preguntarse, ¿cuáles son los motivos para aflorar el talento femenino? 

La primera motivación que empuja a la igualdad es una cuestión de justicia social. Las actitudes culturales con respecto a este tema han evolucionado significativamente en los últimos años y deben seguir así como premisa. La promoción y valorización de la igualdad de género está directamente relacionada con el respeto a la dignidad humana y con la construcción de sociedades abiertas e integradoras. Es necesario el trabajo y el esfuerzo de todos para conseguir esta legítima igualdad en todos los ámbitos.
Una cuestión económica

No solo se trata de un objetivo moralmente deseable, sino que se trata también de un desafío económico muy significativo. Si las mujeres -que representan la mitad de la población en edad de trabajar del mundo- no alcanzan su pleno potencial económico, la economía mundial sufrirá las consecuencias. Todos los tipos de desigualdad tienen consecuencias económicas, y la desigualdad de género no es ninguna excepción. Su impacto fue analizado por McKinsey Global Institute en el informe “El poder de la paridad: cómo el avance de la igualdad de las mujeres puede agregar 12 billones de dólares al crecimiento global”.

Incluso después de décadas de avances hacia la igualdad de las mujeres en la economía y la sociedad, la brecha sigue siendo demasiado significativa. Tal y como señala el McKinsey Global Institute, si hubiera paridad de sexos en el ámbito laboral, el PIB mundial se incrementaría en un 26% en los próximos 10 años. Y es que cuando las mujeres y los hombres tienen igualdad de oportunidades y derechos, el crecimiento económico y el desarrollo social se aceleran y las tasas de pobreza caen más rápidamente. Su análisis se basa en 15 indicadores de igualdad de género para 95 países, y sus conclusiones señalan que 40 de los 95 países presentan niveles de desigualdad extremadamente altos o altos en la mitad o más de los 15 indicadores:

Tasa de empleo
– Ratio de representación en trabajos profesionales y técnicos
– Salario percibido por trabajos similares
– Posiciones de liderazgo
– Tiempo invertido en trabajo no remunerado
– Necesidad no satisfecha de planificación familiar
– Mortalidad maternal
– Nivel educativo
– Inclusión financiera
– Inclusión digital
– Protección legal
– Representación política
– Ratio de género en los nacimientos
– Matrimonio infantil
–  Violencia contra las mujeres

Entre las conclusiones más significativas del informe destacan aspectos como que las mujeres son la mitad de la población en edad de trabajar del mundo y, sin embargo, solo generan el 37% del PIB; que el 75% del trabajo no remunerado en el mundo es realizado por mujeres; que la igualdad de género en la sociedad correlaciona con el desarrollo económico y que pocas empresas son neutrales en sus sistemas de evaluación –solo el 30% de las mujeres europeas encuestadas por McKinsey declaró que el sistema de evaluación de su empresa era neutral en cuestiones de género-.

Por otro lado, la diversidad en las organizaciones mejora la rentabilidad de las mismas. Los estudios que han analizado el impacto que tiene la participación de mujeres en la alta dirección concluyen que suponen una mayor rentabilidad. Las empresas con un mayor número de mujeres en puestos directivos son más rentables que aquellas que carecen de presencia femenina, según un informe sobre la paridad de género en el entorno corporativo elaborado por el Instituto Peterson para la Economía Internacional y el Centro de Estudios de Erns & Young.

En la segunda parte del artículo (que publicaremos próximamente) seguiremos analizando otro tipo de motivos de afloramiento del talento femenino.

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